En Tucumán, la carne y el pollo provenientes de Brasil están comenzando a hacerse un lugar en los mostradores de las carnicerías locales, ofreciendo una alternativa que combina calidad y precios competitivos. Luis Alonso, propietario de una carnicería ubicada en calle Santiago al 900, es uno de los comerciantes que ya incorporó estos productos importados a su oferta. “Hace un par de semanas que los proveedores comenzaron a ofertarlo, en el caso del filete de pollo y pata muslo, que es lo que yo consumo. Con pollos enteros no trabajo, pero el filete y la pata muslo ya están llegando de Brasil”, explicó Alonso en declaraciones al Ocho TV, destacando la llegada de estas partidas.
El comerciante señaló que los productos brasileños, que se venden al menudeo aunque llegan en bolsas, tuvieron una recepción positiva entre los clientes. “La gente que lo prueba dice ‘qué lindo, es buena calidad’. No hay diferencia grande entre el sabor argentino y el de allá”, afirmó. En cuanto a los valores, Alonso indicó que “el precio es el mismo de la carne como del pollo”, lo que los convierte en una opción atractiva para los consumidores. En el caso de la carne vacuna, la carnicería de Alonso incorporó cortes como punta de paleta y duro, que tuvieron buena demanda. “El precio de la punta de paleta estaba en $9.000 el kilo, paquete fraccionado de 2 kg y un kilo y medio. Ha tenido buena salida y es muy tierna”, aseguró.
Este fenómeno en Tucumán se enmarca en un contexto nacional donde las importaciones de carne crecieron en 2025, impulsadas por políticas gubernamentales que buscan estabilizar los precios en el mercado interno. Entre enero y abril de este año, Argentina importó 4717 toneladas de carne vacuna por un valor de US$18,7 millones, provenientes principalmente de Brasil, Paraguay y Uruguay, según datos relevados por la industria frigorífica. Brasil lideró estas ventas con 3455 toneladas, representando el 73,25% del total, seguido por Paraguay con 790 toneladas y Uruguay con 473 toneladas. A pesar de este incremento, el volumen importado es considerado insignificante frente al consumo interno de carne vacuna, que alcanzó las 761.800 toneladas en el mismo período.
Sin injerencia significativa
La importación de carne, que históricamente se destinaba a productos elaborados como hamburguesas, este año incluye cortes como el asado, especialmente dirigidos a regiones como la Patagonia, donde los precios locales son elevados. El frigorífico Swift, del grupo brasileño Minerva Foods, es uno de los principales importadores, trayendo carne enfriada y congelada para hamburguesas y supermercados a costos más bajos que los del producto argentino. Por ejemplo, la carne para hamburguesas se importó a US$700 por tonelada menos, y la nalga para milanesa a US$1000 menos por tonelada.
Desde el sector frigorífico, se subraya que estas importaciones no afectan significativamente la producción nacional. Miguel Schiariti, presidente de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes (CICCRA), señaló: “Se está importando carne, pero 4700 toneladas es absolutamente despreciable. No tiene ninguna trascendencia económica”. Aclaró que estas operaciones, que incluyen asado de Brasil y Uruguay, se concentran en regiones específicas como la Patagonia, aprovechando que Brasil fue reconocido como libre de aftosa sin vacunación por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA).
Por su parte, Belisario Castillo, consignatario de hacienda, respaldó la medida al considerar que puede contribuir a estabilizar los precios internos. “Me parece bien que se importe asado en la medida que pueda ayudar a estabilizar los precios del mercado interno. Es un cambio de cultura que debemos gestionar desde la cadena de carne vacuna, como lo han hecho aves y cerdos”, afirmó.
Aprobación
En el caso del pollo, Brasil enfrentó restricciones temporales en mayo de 2025 debido a un brote de gripe aviar en una granja de Rio Grande do Sul. Argentina, junto a otros países como China y la Unión Europea, suspendió las importaciones de productos avícolas hasta que Brasil fue declarado nuevamente libre de la enfermedad. A finales de junio, Argentina levantó estas restricciones, permitiendo el ingreso de pollo brasileño, lo que explica su reciente aparición en carnicerías como la de Alonso en Tucumán.
En conclusión, la llegada de carne y pollo brasileños a nuestra provincia refleja una estrategia más amplia del Gobierno para moderar los precios en un contexto de inflación gradual y atraso cambiario. Aunque las importaciones son mínimas frente a la producción y exportación argentina —que en 2024 alcanzó US$2972,2 millones en carne vacuna—, ofrecen a los consumidores locales opciones más accesibles sin comprometer la calidad, según la experiencia de comerciantes como Alonso.